En Corto … Es el sello distintivo de las religiones idólatras confundir a Di-s con los seres humanos: ya sea que Di-s se convierte en humano, o que los humanos se convierten en Di-s. En la historia bíblica, uno ve esta confusión con Faraón y con Hamán; así como con Antíoco, el rey asirio contra el cual se rebelaron los macabeos. Contrariamente al pensamiento pagano, a lo largo de la Biblia se nos enseña a no confundir a Dios y al hombre. Por ejemplo, en Oseas 11: 9, Di-s nos dice explícitamente, ‘… porque yo soy Di-s y no un hombre’. Todas las grandes figuras judías de la Biblia hebrea, los Patriarcas y Matriarcas, Moisés, el Rey David y otros, se muestran como completamente humanos, no divinos.
Una Explicación más Completa.
A lo largo de las Escrituras hebreas, existe un fuerte contraste entre Dios por un lado y los seres humanos por el otro. En primer lugar, siempre hay una reprimenda contra cualquier ser humano que diga ser Di-s o divino, como leemos en Ezequiel 28: 2:
Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios. [Ezequiel 28: 2]
Luego está el verso de Oseas en el que Di-s nos dice específicamente que Dios no es un ser humano:
No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad. [Oseas 11: 9]
En Números 23:19, Di-s nos dice específicamente que si Di-s fuera un ser humano, entonces Él sería un mentiroso, como todos los seres humanos mienten en la ocasión. Además, este versículo nos dice que si Di-s fuera un ser humano, Él necesitaría el arrepentimiento porque todos los seres humanos pecan en algún momento de sus vidas. Finalmente, este versículo también nos dice que si Di-s fuera un ser humano, Él haría promesas, pero no las cumpliría:
Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? habló, ¿y no lo ejecutará?. [Números 23:19]
Di-s es el mismo, Di-s no miente, y Di-s es Di-s y los seres humanos son seres humanos, y Di-s no se convierte en un ser humano, y los seres humanos no se convierten en Di-s.
Hay tres festividades judías que expresan ésta idea, más dramáticamente lo hace la conocida festividad judía de la Pascua. Vamos a examinarlo:
La Pascua es la celebración del éxodo de los Judíos de la esclavitud en Egipto. Di-s sacó a los Judíos de la esclavitud haciendo milagros que eran en forma de plagas. Estas plagas no estaban en contra de los Egipcios, como la mayoría de la gente piensa. Estaban realmente en contra de los dioses de los Egipcios, como se nos dice explícitamente en el Éxodo:
Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. [Éxodo 12:12]
Los Egipcios adoraban el Nilo, pero Moisés, en nombre de Di-s, golpeó el Nilo y sangró. Los Egipcios adoraban al dios sol, Ra, pero una de las plagas de Di-s fue la oscuridad durante tres días. Las plagas de las langostas y el granizo que destruyeron los cultivos estaban en contra de los dioses egipcios de la cosecha. La décima y última plaga fue contra los hijos primogénitos, que habían sido o serían los sacerdotes de estos dioses Egipcios. Recuerda que los Egipcios consideraban al Faraón como un dios. Por eso el texto en Éxodo 11:5 nos dice que la plaga de la muerte del primogénito llegó hasta el trono de Faraón.
… y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. [Éxodo 11: 5]
La fiesta de la Pascua tiene una manera de decir: ‘Lo siento, Faraón, ¡no eres Di-s!’
La próxima fiesta que veremos es Januca. Antíoco de Siria quería unificar su imperio convirtiendo a todos los habitantes de su imperio en helenistas, seguidores de Zeus. Pero los Judíos se negaron a asimilarse, por supuesto, porque creían en un solo Di-s. Antíoco vio esto como una insurrección, y comenzó a perseguir a los Judíos. Se llamó a sí mismo Antíoco Epífanes, que significa “Antíoco, quien es Di-s manifestado”. Al conmemorar la rebelión de los Macabeos, la festividad de Jánuca es una forma de decir: ‘Lo siento, Antíoco, ¡no eres Di-s!’.
Finalmente, veamos el Purim, la fiesta que celebra los eventos del Libro de Ester. En esta historia, hay un personaje llamado Haman. El odiaba a los Judíos porque el héroe Judío, Mordechai, no se inclinaba ante él. La festividad de Purim tiene una forma de decir: ‘Lo siento, Haman, ¡No eres Di-s!’
Cada uno de estos tres días festivos tiene, como parte de su tema, la idea de que Di-s es Di-s, los humanos son seres humanos, y Di-s no se convierte en humano, y los humanos no se convierten en Di-s.
Quizás esta idea de confundir a Di-s y al hombre también explica la creencia Cristiana en el nacimiento virginal: la unión de Di-s y la mujer humana María, que supuestamente se quedó embarazada sin el acto sexual de una manera misteriosa no relacionada con la realidad como la conocemos. Numerosos dioses y héroes en el mundo antiguo fueron el producto de una madre humana y un dios. Como hemos señalado en otra parte de este sitio web, la madre de Heracles era la mujer humana Alcmene y su padre era Zeus. La madre humana de Dioniso era Semele y su padre era Zeus. La madre humana de Perseo era Danae y su padre era Zeus. De hecho, Zeus dejó embarazada a Danae sin el acto sexual, y por lo tanto su embarazo fue una forma de concepción inmaculada.
Esta confusión, la mezcla del hombre con los dioses, era común en el antiguo mundo pagano.
Pero en la Biblia Hebrea, todos los grandes judíos: los tres patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, los Matriarcas Sara, Rebeca, Raquel y Leah; José, Moisés, el rey David, etc. nunca son presentados como divinos o libres de pecado; Se muestran como completamente humanos, con todas las pasiones y defectos de los seres humanos. Todos nacen de la manera natural, no milagrosa, y todos mueren, volviendo al polvo, tal como lo hacemos todos los humanos.
Es básico para la fe de la Biblia y del pueblo Judío, la distinción entre Di-s y hombre; una distinción que se contradice en el Cristianismo dominante por la creencia de que Jesús era el hijo literal de Di-s, o incluso de Di-s mismo.
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